
Forma de rezarlo
- Mientras se sostiene el crucifijo se hace la señal de la cruz y luego se recita el Acto de Contrición.
- En la primera cuenta grande se recita un padrenuestro.
- En cada una de las tres siguientes cuentas pequeñas se recita un avemaría.
- Se recita un gloria antes de la siguiente cuenta grande.
- Se anuncia el primer misterio del rosario de ese día y se recita un padrenuestro.
- En cada una de las diez siguientes cuentas pequeñas (una decena) se recita un avemaría mientras se reflexiona en el misterio.
- Se recita un gloria luego de las diez avemarías. También se puede rezar la oración de Fátima.
- Cada una de las siguientes décadas es recitada de la misma manera: anunciando el correspondiente misterio, recitando un padrenuestro, diez avemarías y un gloria mientras se medita en el misterio.
- Cuando se ha concluido el quinto misterio el rosario suele terminarse con el rezo de la Letanía y el Salve Reina.
Señal de la Cruz:
Por la señal de la santa cruz
de nuestros enemigos
líbranos,
líbranos,
Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre
y del Hijo
y del Espíritu Santo.
Amén.
En el nombre del Padre
y del Hijo
y del Espíritu Santo.
Amén.
Padre nuestro:
Padre nuestro, que estás en los cielos,
santificado sea tu nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
así en la Tierra como en el cielo.
El pan nuestro de cada día dánosle hoy;
y perdona nuestras deudas
como también nosotros perdonamos a nuestros deudores;
y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal
santificado sea tu nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
así en la Tierra como en el cielo.
El pan nuestro de cada día dánosle hoy;
y perdona nuestras deudas
como también nosotros perdonamos a nuestros deudores;
y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal
Ave maría:
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo.
Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria:
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
La Salve:
vida, dulzura y esperanza nuestra.
Dios te salve.
A Tí clamamos los desterrados hijos de Eva,
a Tí suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora Abogada Nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar
las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
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