Veo con mucha frecuencia en consulta personas que dicen experimentar agotamiento y decepción en la relación de pareja, solo con verlos puedo apreciar el malestar hacia el otro. Cuando comienzo a indagar sobre qué los llevo a palpar tantas cosas negativas, es impactante ver como muchos me hablan de todo lo que han dado en la relación, las cosas que han dejado de hacer o de decir para no hacer sentir mal al otro.
Es como si tuvieran un código que les dice “debes ceder para que funcione” y es todo lo contrario.
Históricamente se nos ha inculcado la idea de que para que los matrimonios funcionen debes siempre ceder y se ha demostrado a través de muchas investigaciones realizadas por destacados psicólogos internacionales que esto no es sano. Hoy en día se sabe que el poder debe ser compartido entre los dos y que tomar en cuenta la opinión de tu pareja es muy nutridor en la relación, pues es una forma de reconocer el valor que tienes hacia el otro y la confianza que te genera caminar juntos en el proyecto de vida.
En una relación donde no exista discusiones sobre lo que piensan y donde el estar en total desacuerdo sea visto como algo malo, es posible el desamor, ya que uno de los dos dejara de ser para convertirse en lo que piensa que el otro espera. Y en toda dinámica donde se pierda la autenticidad solo se generara agotamiento y decepción.
Por eso, es importante como pareja conocer las percepciones del otro, sus luchas internas, sus creencias, que cosas le producen miedo y cuales le producen felicidad. Sueños, alegrías, angustias, sus vacíos entre otras cosas para poder mantener a través de los años un matrimonio de forma sana y dinámica.
Es muy interesante cuando uno como terapeuta ve a la pareja, que el otro desconoce en su totalidad la necesidad que tiene su par de quedar bien ante sus ojos y ese deseo de ceder ante cualquier pedido de este.
Para poder entender la razón por la que busca tanta aprobación tendríamos que estudiar su historia familiar, sus apegos, el manejo de los conflictos y claro su seguridad como persona. Pues el ceder muchas veces ocurre por sentir miedo al momento de expresar una opinión, por pensar que pueden dejar de querernos o por miedo a ser abandonados.
La idea es que la persona interiorice su búsqueda constante de aprobación ante la pareja y luego de saber que la lleva a tomar dichas decisiones, comenzar a dar su criterio en todo accionar, para que se sienta que es tomado en cuenta, pero no esperar que sea el otro quien nos cuestione, no, es dar su opinión aunque pueda traer un disgusto y si así ocurriera entonces darse el permiso de dejar que dicha emoción lo invada y fluir, reconocerla y asumirla aunque sea desagradable.
Así se dará la oportunidad de conocerse y aceptarse tal como es.
Ana Simo
Directora
Centro Vida y Familia
www.centrovidayfamilia.com
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