Mateo 14. 29 Y El dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, caminó sobre las aguas, y fue hacia Jesús. 30 Pero viendo la fuerza del viento tuvo miedo, y empezando a hundirse gritó, diciendo: ¡Señor, sálvame! 31 Y al instante Jesús, extendiendo la mano, lo sostuvo y le dijo: Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?…Cuando dejamos de mirar a Jesús innegablemente empezamos a dudar y nos hundimos así como le pasó a Pedro.
Si queremos que nos vaya bien en lo que hacemos tenemos que seguir a Jesús, mirarlo fijamente y no dudar nunca. Él nunca ha traicionado, ni ha fallado ni ha dejado de cumplir una promesa. No hay porque dudar.
En el momento en que dudamos, perdiendo la fe, dejamos al enemigo entrar nuestra mente y le permitimos ganar sobre nosotros.
Pedro iba bien, logró caminar sobre las aguas, dicho en otras palabras: logró hacer lo imposible, lo inimaginable. Pero dudo y empezó a hundirse.
No hay nada que el Señor no pueda hacer: puede sanar tu enfermedad, puede curar tu corazón herido; puede cambiar tu familia, tu vida, tu personalidad, puede darte la victoria, puede sanar tus finanzas. Pero no puedes dudar, ni perder la fe. No puedes dejar entrar los malos pensamientos e influencias del enemigo en tu vida. Permanece con tu mirada fija en Jesús y en todo te irá bien.
Si permaneces con tu mirada fija en Jesús y sucede algo imprevisto por ti. Solo recuerda que el Señor puede tener un mejor plan para ti. Y si él lo permitió, será de gran bendición.
Mira a Jesús fijamente y confía en él.
+Dreni Del Rosario
+Comunidad María Madre de los Apóstoles
Escrito por Solangel Rodriguez
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