Dios quiere que tengamos misericordia por los demás. Una palabra muy mencionada, pero aveces poco llevada a la práctica.
¿Qué es misericordia? Ponerse en el lugar del otro y sentir compasión por ellos, los que sufren, los que lloran, los que eligen diferente... Perdonar al otro al que ha fallado. Hacer lo que Dios haría si estuviera en nuestro lugar.
Oseas 6, 6-7 nos dice: Misericordia quiero y no sacrificios, y conocimiento de Dios mas que holocaustos.
En esta cuaresma ayunemos de odiar al prójimo, ayunemos de hablar mal de los demás, ayunemos del egoísmo. Mas bien, Que nuestro sacrificio consista en dejar de hacer algo que nos aleje de Dios. Dejar de hablar mal de algún hermano, dejar de querer todo para mi, por poner un ejemplo.
Dios aprecia mas al que siente misericordia por el hermano y eso consiste en sentir misericordia por el que es de diferente color al mio, sentir misericordia por el que tiene una religión diferente al mía, sentir misericordia incluso por aquellos que han pecado. Tal como lo hacía Jesús mientras caminaba en la tierra.
Consiste en ayudar a aquellos que te han hecho mal, en sentir misericordia por las prostitutas, los homosexuales, la vecina que tira la basura en el frente de mi casa, de mi papá que me abandono cuando pequeña/o, sentir misericordia por aquellos que no conocen de Dios.
Ayudar a aquellos que tiene problemas que no entendemos. No se trata de pensar como ellos, sino de amar como Dios nos ama. Dios te ama tal como eres. No insistió en que cambiaras primero para luego amarte. Sino que te amo primero y luego uno siente en su corazón un profundo deseo de mejorar y imitar a Jesús. Así nos llama Dios a nosotros a tener esa misma actitud con los demás.
Por lo regular las madres le piden a los hijos que sean buenos para luego tratarlos bien. Y el Señor te dice que lo trates bien, y los ames no importa como se comporten. Luego veras maravillosos resultados. Y tendrás una gran recompensa en el cielo. Eso mismo vale para los amigos, desconocidos, sacerdotes, pecadores...
Cuando menciono pecadores me refiero sea cual sea el pecado que haya cometido esa otra persona. No el pecado que me caiga bien a mi. Muchas veces pedimos que sean misericordiosos con nosotros, pero no somos capaces de comprender a nadie más.
En esta cuaresma pidamosle al Señor que nos regale un corazón semejante al suyo y empecemos a amar a los demás y a ser verdaderos misericordiosos.
Escrito por: Solangel Rodriguez
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