En el retiro de cuaresma realizado en el Colegio Loyola el Sacerdote Dario Betancourt nos dijo que La palabra tiene poder. Tu palabra, mi palabra tiene poder.
Proverbios 18.21 dice: Muerte y vida están en poder de la lengua, y los que la aman comerán su fruto
También podemos leer en Efesios 4:29 No salga de vuestra boca ninguna palabra mala, sino sólo la que sea buena para edificación, según la necesidad del momento, para que imparta gracia a los que escuchan.
El Padre Dario Betancourt nos decía: si afirmas con tu boca que Jesucristo ya hizo lo que has pedido, se hará en el tiempo de Dios. Pero debes afirmar ahora en el tiempo presente que ya está hecho.
He leído en diversos libros sobre el éxito que lo primero que debemos hacer es visualizarnos teniendo lo que pensamos tener y escribir nuestras metas, pero en presente y en positivo, porque nuestro cerebro solo canaliza los pensamientos en presente y en positivo. Osea, si deseas tener un carro por ejemplo visualizate teniendo ese carro y escribe en una hoja de papel todos los detalles de como lo quieres. Podría ser: Tengo un carro rojo marca Ford Festiva del 1994 con interior gris. Y así con cada cosa que desees.
Y el Señor se encargará de en el momento preciso traerlo hasta ti. No puedo explicar en detalles porque funciona. Pero si funciona. Si tienes fe sin dudar. Dios se encarga de que eso que pides lo tengas si es para tu bien, cuando el lo crea prudente.
Pasa algo curioso, si uno lo duda se hunde como paso con Pedro cuando iba caminando sobre las aguas. El iba caminando bien, hasta que dudo, entonces empezó a hundirse.
En resumen los pasos son los siguientes::
- Siéntate o acuéstate con los ojos cerrados y visualizate teniendo lo que deseas
- Ora y pide al Señor que si es para su gloria, si es su voluntad te de lo que deseas
- Coloca esas metas en una hoja de papel en presente y positivo.
- Y empieza a alabar al Señor confiado en que si es para tu bien, en su momento lo recibirás.
Pero confía, que sino te da eso, el Señor sin duda te dará algo mucho mejor.-
Cuando dices que se haga la voluntad de Dios, tienes que tener pendiente que tal vez Dios no te de eso, sino que te dará otra cosa. Que tal vez tu no querías. Pero que es mejor. Y debes de estar abierto a aceptar la voluntad de Dios. Tu puedes no aceptarla. Pero solo serás feliz con el plan de Dios realizandote en tu vida. Cuando vas contra la corriente, no tendrás paz.
Así que te animo a aceptar esas cosas que Dios manda a tu vida, que tal vez no habías pensado hacer o que te cuesta hacer. Pero que cambiaran y mejoraran tu vida.
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